Puro éxtasis, felicidad desbordante, placer inacabable... Mejor que cualquier droga, mejor que un día de verano, mejor que los batidos, que la playa, que el Sol, el mar refrescante, la arena que te acaricia... Mejor que algo caliente en invierno, que un sobresaliente, que los profesores simpáticos... Mejor que un buen día de snow, mejor que los tés, el English breakfast, el Earl Grey, la menta poleo, la canela, la vainillla, ¡la miel!... Mejor que la sonrisa de un vagabundo que recibe una limosna generosa, que los bizcochos de chocolate, los huevos fritos, el azúcar, los transgénicos, el veneno en la piel, la victoria en la guerra de Troya, la hierba, la infancia, los perros, los bebés, el azul... Que un buen libro... Mejor que el momento de éxtasis de tu canción favorita, mejor que Something, que los Stray Cats, que Scarborough Fair, que A Day In The Life, que Manu Chao, los Arctic Monkeys, Home, Zimmerman, Ian Curtis, Freddie Mercury... Mejor que la música... Mejor que el cielo sin una nube, mejor que un preso libre, mejor que un campo de centeno, mejor que volar, mejor que la libertad... Mejor que el momento de nacimiento, mejor que una muerte dulce, mejor aun que la vida... Mejor que nada y que todo. Por encima de eso, por encima de las mejores sensaciones que se te puedan pasar por la cabeza, justo un escalón por encima... En ese escalón estás tú.
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