sábado, 25 de agosto de 2012

A veces me gustaría ser un elefante. No para nada raro, simplemente es que me gustaría pasarme los días caminando en busca de forraje. Para estar así todo el día: comiendo y buscando más comida. Usar mi fuerte trompa para ducharme a mí misma, barritar muy fuerte espantando a bandadas enteras de pájaros que se irían volando y graznando, despavoridos. Rebozarme en polvo para que los insectos no se posen en mi gruesa piel. Dormir largas siestas en las horas más calurosas del día. Intercambiar gestos de cariño con mis compatriotas paquidermos. Volver a barritar. Correr y que toda la tierra tiemble bajo mis terribles pasos. Tener elefantitos y verlos barritar. Y tener una muerte tranquila de elefante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario