Y entonces me dijo: - Eh! Sube! Vamos a vivir en un piso con grandes ventanales que nos muestre que la ciudad está a nuestros pies, literal y figuradamente, vamos a vivir con la única compañía de un pez naranja y dos perros, vamos a vivir en un colchón sin mantas, escuchando vinilos hasta quedarnos dormidos, vamos a dar largos paseos en moto y a nadar en calas perdidas mientras el sol se pone, vamos a ir al cine hasta cansarnos de comer tantas palomitas, vamos a reírnos hasta que nos duelan las mejillas y la barriga, vamos a introducirnos en una gran burbuja de la que no querrás salir hasta pasados los treinta, vamos a ir a conciertos y a cantar hasta quedarnos afónicos durante días, vamos hablar y beber hasta ver amanecer en el otro lado del ventanal, pero sobre todo vámonos lejos de aquí.- Qué podía responder a eso, Patty? Y esa es, principalmente, la razón por la que te llamo desde una cabina en la ruta 66.
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