Suelo pensar en ti cuando las palabras se desvanecen y el ambiente queda cargado como el café de hoy que olía a ti. También irrumpes en mi mente cuando la última luz se apaga y el último escalofrío cruza la espina dorsal, haciendo alpinismo por las vértebras, escalando la nuca, haciendo un descanso para darle un delicado beso a tu cuello. De una forma extraña me amaste, de forma tan extraña como tus idas y venidas, tus formas de saludar y de irte. Dónde has escondido todo tu amor. Era mi medicina para el dolor. Arena de Mayo que te cuelas en sus zapatos. Escóndete bien y no salgas nunca de ahí. Can I stay here forever? Mientras respires habrá esperanza. Un neonato asustado que te mira con grades ojos azules a través del grueso cristal. Un cigarro que se convierte en ceniza en cuestión de minutos. Como un cadáver que es incinerado. Un ataúd que desciende hacia el mismo centro de la Tierra, un familiar le tira una rosa, otro le llora, el ataúd arde en el infierno y su dueño es castigado por sus imperdonables pecados durante toda la eternidad. Un cadáver con un balazo en la cabeza al que se le encharcan los pulmones de agua mientras desciende por el río. 'Espero que cuando me muera alguien tenga el suficiente sentido común para que me tiren a un río o algo así. No quiero que llueva sobre mi estómago en un estúpido cementerio.' Tu recuerdo clavado en mi cerebro como una bala. Apiádate de mí y quítamela, como si fuera un pez al que pescas y le quitas el anzuelo de su mojada y agonizante garganta. Una avispa que te clava el aguijón y se le desprenden las tripas. Se sacrifica por hacerte pasar un mal rato. Como muchas personas. Seguiré viendo tu rostro cada vez que cierre los ojos. Aparecerás en mis sueños cuando mi respiración se acompase. Tu recuerdo me acompañará a la tumba, a la muerte que tendré y que aun no sabe nadie como será. Un amor sin llegar a consumar más en la historia, del que nadie tendrá conciencia como de una carta que nunca se llegará a escribir. El mundo continuará girando con su gente estúpida a bordo. Espero que nos encontremos en los Campos Elíseos, y que esperemos juntos mil años a que alguien nos dé otro cuerpo humano en el que habitar. Pero, por ahora, olvídate de mí.
sábado, 8 de diciembre de 2012
martes, 20 de noviembre de 2012
''Me gustaría nadar en un gran océano contigo. Dormir sosteniendo tu mano. Dormir juntos toda la mañana durante los fines de semana. Estar todo el día en pijama y ver nuestras películas favoritas. Te haría olvidarte de todos tus problemas. Hablaríamos de nuestros sueños y demás palabrerías. Solo hablar por hablar contigo. Te quitaría el mal humor y, en fin, te haría feliz.''
miércoles, 14 de noviembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
Cuélate entre los aullantes vagones. Atraviesa la humareda que sube por la chimenea, asciende y asciende en busca de libertad. No sabe que afuera está oscuro, no hay luz, no hay ninguna iluminación, no hay esperanza, no future. Pero el humo seguirá ascendiendo hacia el cielo azul oscuro casi negro. Llegará a las estrellas, saludará al Principito y se quedará con él y su rosa. Huye de pesadillas que te oprimen. Ignora al gato que te habla con con cascadas de espuma blanca en sus ojos azules. No le digas adonde vas. Simplemente ven. Exhalando por la boca jadeante recuerdos que se han olvidado, que ya no existen, inmateriales. Unos ojos que te inundan de agua pura y acogedora. Te empujan tiernamente hacia el fondo, te hunden pero a la vez te elevan al cielo. Y te posan en el fondo del mar. Te quedas ahí, solo. Amamantado por peces que te cuidarán pero no te dejarán ir. Estarás bien, no te preocupes. Por favor, que alguien le corte la cabeza. Una guillotina que rebane ideas, pensamientos, ilusiones, recuerdos, olvidos y sueños. 'La leyenda del hombre que nunca se amó a sí mismo, pero a ella, sí.' A ella sí. La farsa de un payaso sin trabajo, que no tiene a quien alegrar el día, que le explotaron los globos y le borraron la sonrisa. Triunfos de gente mediocre y cretina. Falsas felicidades. Gente infeliz e ignorante de ello. Un horizonte todo nuestro. Todo por caminar juntos. Pero no te vayas sin mí. Espérame y no me olvides, por favor. Quédate a mi lado. Cógeme de la mano. Como un niño en su primer día de clase. Asustado y con una tímida lágrima asomando por el rabillo de ojo. Masca mi dolor. Quiéreme como ayer. Ella, como una enredadera que sube por tu espalda dorsal, se extiende por tu cuerpo, te cubre por completo. Un cáncer incontrolable, una enfermedad letal que te rodea, un tumor. 'Si tuviera un tumor lo llamaría Marla.' Me has despertado esta mañana. Me has abrazado por la noche. Me has hecho feliz todos los días. Te invito a cenarme. Beberte por completo, no dejar gota. Aspirarte y exhalarte. Comerte de aperitivo y que te quedes siempre conmigo, para que no te olvides de mí, para que no me puedas decir que no me quieres. O si no, grabarte en imágenes de Super 8. Eso también te conservará junto a mí. Eres un relámpago acostado en el suelo. Una tormenta en medio del mar, nadie sabrá nunca que ha sucedido. Un chimpancé que ama sin ser correspondido. Un incomprendido. Un poeta sin musa. Una Luna que baja a la Tierra a ver a su amor más de cerca, sin ser consciente de lo que provoca en las mareas. Un 'te quiero' que no se siente de verdad. Un 'adiós' que se siente como nunca.
martes, 30 de octubre de 2012
``Y recuerdo cuando lo conocí. Estaba claro que él era el único para mí. De hecho, ambos lo sabíamos. Y según pasaban los años, las cosas se complicaban. Nos enfrentábamos a más desafíos. Le rogué que se quedara conmigo. Intentando recordar lo que teníamos al principio.
Él era carismático, magnético, eléctrico, y todo el mundo lo sabía. Por allí donde pasaba, todas las mujeres se giraban hacia él. Todo el mundo se acercaba a hablarle. Él era como un híbrido, una mezcla en un hombre el cual no se sabía contener a sí mismo. Siempre he tenido la sensación de que se debatía entre ser buena persona, e ignorar todas las oportunidades que la vida podía ofrecer a un hombre tan magnífico como él.
Él era carismático, magnético, eléctrico, y todo el mundo lo sabía. Por allí donde pasaba, todas las mujeres se giraban hacia él. Todo el mundo se acercaba a hablarle. Él era como un híbrido, una mezcla en un hombre el cual no se sabía contener a sí mismo. Siempre he tenido la sensación de que se debatía entre ser buena persona, e ignorar todas las oportunidades que la vida podía ofrecer a un hombre tan magnífico como él.
Y en ese sentido yo lo entendía y lo amaba. Le amaba, le amaba, le amaba. Y sigo amándole. Le amo.´´
miércoles, 17 de octubre de 2012
''Porque yo no tengo prisa, ¿sabe? Lo bueno se hace esperar. Hay pardillos por ahí que se creen que si le ponen la mano en el culo a una mujer y ella no se queja, ya la tienen en el bote. Aprendices. El corazón de la hembra es un laberinto de sutilezas que desafía la mente cerril del varón trapacero. Si quiere usted de verdad poseer a una mujer, tiene que pensar como ella, y lo primero es ganarse su alma. El resto, el dulce envoltorio mullido que le pierde a uno el sentido y la virtud, viene por añadidura.''
jueves, 4 de octubre de 2012
Me pregunto si solo serás producto de mi imaginación. Si no serás algo irreal. Tengo miedo de tocarte, por si de repente te desvaneces en mis dedos como arena. Y tengo miedo de que seas capaz de inspirar estas líneas en mí. Quizás solo seas producto de mi subconsciente, porque eres lo único que he querido nunca. No te tocaré, no me acercaré a ti, porque no me quiero dar de bruces contra la realidad. No quiero que te vayas, no quiero que te alejes.
martes, 2 de octubre de 2012
`` - Es un gran poeta. Siendo muy joven, amó a una mujer y se casaron. Al cabo de un tiempo, cuando él estaba en la guerra, recibió la noticia de que su mujer había contraído la viruela y que tenía la cara completamente deformada. Sabido esto, él dijo: me duelen los ojos. Y después: me he quedado ciego. Después de doce años, cuando su mujer murió, él reabrió los ojos.
+ No es posible. Para evitar el dolor a su mujer, se hizo pasar por ciego durante doce años?
- Cada persona es un abismo. Da verdadero vértigo mirar hacia dentro.´´
sábado, 29 de septiembre de 2012
Te noto cerca y lejos. Te veo y sonrío, y hablemos de esto y de lo otro. Abrázame y no te vayas. Quiéreme. Hagámonos cumplidos. Unos ojos que te miran y te atraviesan. Dime que vas a estar ahí siempre como lo estaré yo. Como un gato solitario que te maúlla a través de la ventana una noche lluviosa. No mires mi pelaje moteado de negro y blanco, mírame a los ojos. Déjame entrar en tu casa, cuéntamelo todo aunque yo no te pueda responder más que con un ronroneo, cuídame. 'He soñado toda lo noche contigo' todos los días. Caeré en la nada sin remedio, sin final, sin perdón. Subiré a un tren que me lleve a ninguna parte, y reptará por las vías mojadas por la lluvia, sin descanso. Cenemos desayunando promesas rotas antes de ser emitidas. Explotemos de frustración. Háblame con aprensión. O mejor no. No hables. No hagas que las palabras pierdan importancia. Quiéreme en silencio. Mírame a través de una cortina azulada que se posa en tus ojos. Ciego de amor. Y luego, emprende el viaje de la muerte, no me lleves contigo, olvídate de mí, salta al vacío, a la oscuridad, déjame.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
martes, 25 de septiembre de 2012
Tomas un trago para calmar los nervios. Coges la americana, aseguras el revolver en tu cinturón, te pones las gafas de sol y sales de casa. Empiezas a caminar con paso inseguro. Te secas el sudor de la frente, miras al cielo, respiras hondo e inicias el movimiento fatal: entras en el banco. Te acercas a una mesa al azar, presidida por una mujer demasiado atractiva para el tema que te atañe. Le puedo ayudar? Te sientas, deslizas la bolsa vacía por encima de la mesa, le muestras disimuladamente el revolver. Ella abre los ojos de par en par cual niño asustado, pero mantiene la calma. Abre un cajón, saca varios fajos de billetes, los guarda en la bolsa y hace que esta deshaga el camino sobre la mesa. Alargas la mano para recogerla y la posas sobre la suya sin querer. Eleváis la mirada a la vez y, en un momento de nervios, te inclinas y la besas. Ella te quita las gafas de sol, se aferra a tu cuello y entrelaza su lengua con la tuya. Y ya no sabes dónde estás ni que hace esa gente mirándote, ni te importa el dinero, ni tus problemas con la ley, y solo tienes en la mente su mirada y su pelo, y entonces de repente te aparta. Tú reaccionas. Te pones las gafas, coges la bolsa y te vas corriendo.
martes, 11 de septiembre de 2012
viernes, 7 de septiembre de 2012
martes, 4 de septiembre de 2012
Observo hipnotizada una tormenta a través de los grandes ventanales. Una moto acelera a lo lejos, derrapa, pero no cae, solo derrapa. Una pareja ríe y se mira con complicidad. Una piscina profunda y llena de agua. Me giro, tu sonrisa embriagada por el alcohol detrás de mí. Tus palabras cariñosas en el fondo del cajón. Tu cordura perdida hace meses. Una bandera ondea bajo un sol abrasador. Un musical antiguo. El perro con cataratas que te besa el estómago con ternura. Rosas que florecen en nuestro jardín. Las miro sonriente. Pasas por delante de mí, las pisoteas, me miras con superioridad. Tu odio. Mi amor. Borracho otra vez. Lloras mi nombre. Mi portazo. Tus gritos. Unos periodistas que nos sacan fotos. Flashes que nos ciegan. Tu brazo por encima de mis hombros. Tu sonrisa radiante. Chicas histéricas gritando tu nombre.Una entrega de premios. Otro más para tu preciosa vitrina. Noches interminables. Un sexo sin intercambios de miradas. Tus ronquidos atormentándome. Un veinteañero con una tabla de skate, un giro, un salto, una caída, una risa, mi sonrisa, tu mirada recelosa. Drogas. Caes inconsciente en la cara alfombra del salón. Salgo a dar un paseo con nuestro viejo perro. Niños columpiándose. Otra noche de hipocresía. Tus copas de vino. Nuestro baile falsamente romántico solo para la prensa. Un anochecer que dejó de ser romántico hace tiempo. Una gaviota sobre volando el mar, alejándose en el horizonte. Nuestra cama. Te desnudas. 'Qué quieres hacer hoy?'. Un desayuno que se vuelve silencioso después de los ladridos de un perro. Te levantas y te vas. No puedo más. Me derrumbo. Vuelves y me besas. Sabes a café. Lo hacemos muy suavemente en el sofá. Me voy, me voy, me voy. Una sonrisa adorable. Una última despedida. California. Adiós. Te quiero, pero adiós.
lunes, 3 de septiembre de 2012
'Siéntate a mi lado y bésame antes de que cambies de opinión y te marches.' Septiembre. Soñé contigo incontables noches, pensé en ti en las que el insomnio no me dejaba soñar; como un gato albino bajo la lluvia, un mago que se saca a sí mismo de su chistera, un llanto en medio de la noche, una mariposa en la penumbra, un baile romántico. Pero siempre estábamos los dos solos. Únicos supervivientes a la destrucción de un mundo tan cruel que rayaba en la locura. Octubre. Y aun no has vuelto de bajar a comprar tabaco. 'Un momento brillante de la vida, el nacimiento.' Una anciana que canturrea una vieja y melancólica canción mientras teje una bufanda de lana. Una carcajada sonora y lejana. Un niño que tropieza, se hace daño en la rodilla y sus lágrimas salen a la superficie, incontrolables, dulces pero amargas y también saladas. Y otra vez tú en mis sueños. Como si todo eso fuera una burbuja de duda, melancolía, incertidumbre, aislamiento, ternura, calor y dolor. Mucho dolor. Y la burbuja estalla en tu cara. Tienes jabón en los ojos pero no lo sientes. Y tu aliento huele alcohol y hablas sin parar porque todo es muy importante. Un último suspiro, un último refugio, una última ilusión, un último beso. Un aullido desesperado de un perro abandonado en medio de una carretera desierta y cálida. Melena pelirroja, profunda, te caes en ella y te pierdes en su olor y su cobijo. Y le amas con locura, hasta sentirte enferma. El bloque de hielo azulado que tiene un dictador por corazón. El último mensaje de buzón de voz que deja una persona antes de tener un accidente de tráfico y que su mirada se cristalice. Me hablas desde muy lejos, grita más, la niebla es densa, no te alejes, adiós, adiós, recuérdame, dame un cigarro, te quiero. Un suspiro angustioso y doloroso. Corro por el andén pero el tren se va, se aleja, se pierde en la lluvia de Noviembre. Diciembre y un cartero llama al timbre de mi casa. Le abro la puerta, le canto, le bailo, me recuerda a ti. Nos emborrachamos, le hablo de ti, eres tú, te quiero, te amo, no te vayas, no me vuelvas a dejar. Se va, se fue a por tabaco. Un búho ulula en lo más profundo de un bosque. Me mira con sus grandes ojos, le respondo con una sonrisa amarga. Te llamo en la noche y el eco me devuelve el sonido de tu bonito nombre. Caigo rendida. Cuéntame el cuento de Cuchulain, papá; abuela, cántame al oído una canción triste; búho, ulúlame. Y todo comienza a girar y a volverse negro y oigo voces, y barritos, y mi abuela ulula y un búho canta y todo sigue girando cada vez más rápido y un sol de invierno calienta mi cuerpo desnudo y despierto en mi cama, sudorosa. Y tú estás aquí, justo a mi lado. Un beso en la frente. Una caricia. Una sonrisa. Un sueño profundo.
sábado, 1 de septiembre de 2012
' -Viejo sabio que todo lo sabes, cuéntame cómo he de ser feliz.
-La felicidad es caprichosa y cruel. Inestable. Sólo soy un viejo cansado de vivir.
-Tú eres un viejo sabio cansado de vivir al igual que yo sólo soy un hombre cansado de buscar esa dichosa felicidad.
-No se trata de buscar, si no en hacer tus creencias reales. Seguir tu propio pensamiento, sin ser hipócrita contigo mismo. Enfrentándote a todo lo que sea injusto para ti y los tuyos. Pero somos unos cobardes, es difícil luchar contra alguien más fuerte que tú y nos acobardamos.
-Viejo sabio, yo lucho por mí y por los míos y aún así sigo sin ser feliz.
-Entonces eres un necio que vive en una ignorancia completa. Ya vives una felicidad, pobre de ti que no te has dado cuenta. Tienes todo lo que te propusiste. El ser humano es tan avaricioso que no se da cuenta de lo que tiene. No hace falta ser el hombre más rico del mundo para ser feliz, pues éste, siempre estará solo. '
jueves, 30 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
"Nos hicieron creer que el "gran amor " sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de otro. Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que sólo siendo con personalidad propia, podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más amados. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. ¡Ah!, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto... Cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y cuando estés enamorado de ti mismo, es cuando podrás enamorarte de alguien."
martes, 28 de agosto de 2012
domingo, 26 de agosto de 2012
sábado, 25 de agosto de 2012
``En nuestro pasillo, ardiente de luces acogedoras, mi Lolita se quitó el suéter, sacudió su pelo cubierto de diamantes, tendió hacia mí los brazos desnudos y levantó la rodilla.
- Súbeme en brazos, esta noche me siento romántica.
Quizá interese saber a los psicólogos que tengo la habilidad –caso harto singular, supongo- de verter torrentes de lágrimas evocando tempestades pasadas.´´
Una tarde de verano cuyo sol iluminaba hasta la esquina más recóndita, R desapareció para siempre. Los testigos que presenciaron lo que sucedió no pudieron evitar mirar aquello boquiabiertos. Cuando la gente por fin reaccionó y llegaron los socorristas y más tarde los equipos de rescate, ya era demasiado tarde.
No se tiene datos exactos de cuando R llegó a la playa. Ninguno de los allí presentes le vio extender su toalla. Lo más probable es que no trajera. R iba vestido con unas prendas exquisitas. Llevaba smoking, el cual cubría un chaleco color perla con botones de nácar y una camisa de seda. No llevaba corbata. Tenía el pelo grisáceo. Por la manga de su chaqueta asomaba un fino pañuelo de seda y en los pies llevaba unos mocasines marrones.
Así que, sin más miramientos, R lo hizo. Sin apartar ni en el más breve instante la mirada del horizonte y con un gran bloque de hielo azulado por corazón, R atravesó la playa en línea recta, llenando sus mocasines de arena, y cuando llegó a la orilla siguió caminando, con el rostro impenetrable, serio, decidido y con la vista clavada en un punto inconcreto del mar, al frente. Simplemente caminó. El mar inundó sus mocasines y R no se inmutó. Sus pantalones ya estaban empapados por completo, y, a pesar de lo que le debían de pesar ya, siguió caminando. El agua le había llegado al cuello y todas sus elegantes ropas se habían echado a perder, pero él no se detuvo. La gente de la playa estaba rayando la conmoción y a R ya no se le veía la coronilla, pero, al parecer, siguió caminando sin detenerse un momento.
Ni siquiera unas tristes burbujas quisieron dejar rastro de su tétrico paseo, demostrando así que lo que la gente vio era cierto. Nada quedó tras él. Nadie reclamó su presencia. Ni una sola persona supo decir quién era aquel misterioso hombre, ni siquiera si era extranjero. Simplemente se fue para no volver, y las gentes de aquel pequeño pueblo lo apodaron R.
Un helicóptero y dos barcos lo buscaron incesantemente durante cuatro largos días, pero su cuerpo, vivo o muerto, desapareció misteriosamente. Quien sabe si se convirtió en tritón, si se derritió el hielo que cubría su gran corazón con el calor del amor de alguna sirena. O quizás R se burle desde el paraíso de todos los mortales aun vivos que lo miraron boquiabiertos aquel día soleado.
Lo único que se sabe con certeza es que nadie de aquel pueblo olvidará lo ocurrido. Aun ahora, décadas después, la gente vuelve a charlar de ello cuando los cotilleos locales se agotan. Los lugareños solo esperan que, esté donde esté, R sea feliz.
A veces me gustaría ser un elefante. No para nada raro, simplemente es que me gustaría pasarme los días caminando en busca de forraje. Para estar así todo el día: comiendo y buscando más comida. Usar mi fuerte trompa para ducharme a mí misma, barritar muy fuerte espantando a bandadas enteras de pájaros que se irían volando y graznando, despavoridos. Rebozarme en polvo para que los insectos no se posen en mi gruesa piel. Dormir largas siestas en las horas más calurosas del día. Intercambiar gestos de cariño con mis compatriotas paquidermos. Volver a barritar. Correr y que toda la tierra tiemble bajo mis terribles pasos. Tener elefantitos y verlos barritar. Y tener una muerte tranquila de elefante.
miércoles, 15 de agosto de 2012
``En la alegre ciudad de Lepingville le compré cuatro
revistas de historietas, una caja de dulces, una caja de toalla higiénicas, dos
coca-colas, un juego de manicura, un reloj de viaje con cuadrante luminoso, un
anillo con un topacio verdadero, una raqueta de tenis, patines, zapatos blancos
de tacones altos, una radio portátil, goma de mascar, un impermeable
transparente, algunas prendas – pantalones de vestir, toda clase de vestidos de
verano -. En el hotel pedimos cuartos separados, pero en mitad de la noche vino
a mí sollozando e hicimos el amor muy suavemente. Comprenden? Lolita no tenía
absolutamente ninguna parte adonde ir.´´
Da igual todo
el tiempo que pase, todas las personas que pasen por mi vida, las experiencias,
la familia, los viajes, la vejez, tus malas palabras, mi indiferencia, los
accidentes, los incidentes, los pormenores, las razones mayores, el alcohol,
tus locuras, mis obsesiones, los políticos, el verano, los mods, el invierno, los rockers, las noches en vela, la muerte, tus bromas, mis depresiones, los
caminos por recorrer y los ya recorridos. Da igual. Porque yo te seguiré
queriendo.
sábado, 11 de agosto de 2012
- Pero, entonces, qué somos? Amigos? Pareja?
- Qué más da? Yo soy feliz, tú no eres feliz?
- Sí.
- Pues entonces, cuál es el problema?
- Que necesito algo de seguridad, ponerle un nombre a lo nuestro. No quiero que te levantes una mañana y ya no me quieras.
- Pero es que eso no te lo puede asegurar nadie.
jueves, 9 de agosto de 2012
Ahora todo está difuminado. Y así seguirá. Difuminándose cada vez más. Mis recuerdos, mis sentimientos y tus buenas palabras. Como si una densa niebla se acercase a cada vez más velocidad, y lo cubriese todo. Solo recuerdo con nitidez tu olor y el fuerte nudo en mi garganta. Y así será. Porque somos como dos almas perdidas nadando en una pecera.
Me gusta dormir poco y quedarme despierta hasta altas horas de la madrugada, aunque al día siguiente me caiga de sueño. Aunque también me gustan esos días que duermo hasta medio día.
No me gusta el reggaeton, ni que la gente que lo escucha lo ponga a todo volumen sin respetar a nadie; la gente demasiado egocéntrica; ni los que preguntan lo mismo varias veces.
Me gusta el té.
Tanto puedo hablar sin parar como callarme durante horas.
Me encantan los deportes y la comida basura, supongo que para compensar.
Me gustan los niños pequeños negritos, los autobuseros que saludan, las personas sonrientes y las personas muy muy mayores.
Me reconforta la idea de que después de la muerte no hay nada, preguntarme a mí misma estupideces y pensar que ciertos personajes de ficción existen en la realidad.
Vivo de utopías.
No me gusta que se me quede la sal en la espalda después de bañarme en el mar.
Me gusta la gente a la que todo le da igual pero también la que tiene las cosas claras. También me gustan las historias de amor en las que uno de ambos muere y el otro, en un ataque de desesperación, desentierra su cuerpo.
No me gustan los triángulos amorosos ni los insectos.
Todo me da bastante igual, hasta que una tontería me arruina el día.
Me iría mejor si no me enterase de nada, menos aún de lo que ya lo hago.
Me gustan las pelis y las canciones que consiguen emocionarme. Y el olor del portal de mi abuela.
También me gusta mucho mi abuela. Y los atletas que lloran.
miércoles, 8 de agosto de 2012
- Oh, sabio gurú! - dijo el aprendiz -. He venido hasta ti para preguntarte por el sentido de la vida.
- Ah, sí! El sentido de la vida - dijo el gurú -. El sentido de la vida es una taza de té.
- ¿Una taza de té? He venido hasta aquí para hallar el sentido de la vida ¿y me dices que es una taza de té?
El gurú se encogió de hombros.
- Bueno, pues tal vez no sea una taza de té - dijo.
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